Desearía ser libre...

Y la vida parecía ir tan bien… Hasta que dejé de nuevo que influyan en mi las regalas de esta absurda sociedad, hasta que dejé de nuevo que lo que digan los demás de afecte, hasta que dejé de ser yo mismo otra vez en mi vida…

Y estoy cansada de eso, de poder alejarme por un tiempo y cuando mi vida parece ir bien llega todo ese miedo de golpe a pensar que no voy a cumplir con las expectativas, a pensar que voy a fallar a lo grande y no va a haber solución, ese temor incomparable a saber que si fallo no me lo perdonaría y me hundiría porque no nací para esta sociedad convulsionada. No nací para correr tras las agujas del reloj pidiéndoles más tiempo para cumplir con mi rutina.

Nací para ser libre… para volar como un pájaro observándolo todo desde lo alto… para ser como una hormiga trabajando duro mientras la gente intenta pisarme… para ser una niña tirada en su cama leyendo todo el día…

Pero no nací para esto.

Los libros han sido mis fieles amigos toda mi vida, quienes me alejaban de la soledad, quienes me consolaban, me invitaban a vivir cosas que no había vivido, me llevaron a conocer lugares que lo más probable es que nunca visitaré … La sociedad y la rutina me han quitado hasta los libros. Me cansa tanto seguir el reloj todo el día que cuando llega la noche lo único que quiero es dormir, los ratos libres los tengo que dedicar a estudiar, la música ya ni me acompaña…

Tuve una semana libre en mi vida y lo más agradable y gratificante fue poder leer, fue tirarme a la cama cada noche con la linterna encendida y leer hasta que mis ojos se empezaban a cerrar. Leer mientras merendaba. Leer en el ómnibus.

¿Por qué el mundo es capaz de manejarnos tanto?

¿Por qué la rutina, los móviles, las horas, los compromisos obligatorios, los tiempos que hay que cumplir, hacen que no podamos elegir tan poco como poder leer?

Me gustaría vivir en una casa de campo, tener el trabajo de la carrera que estoy estudiando, llegar a la noche, prender la estufa y leer. En verano llegar a la noche acostarme fuera en una hamaca paraguaya y leer. Que mi familia me visite varias veces a la semana o yo a ellos… No pido mucho, solo ser libre de esta sociedad, de sus dedos señalando, de sus tiempos estipulados, de lo que esperan que hagamos en cada etapa de nuestras vidas… Eso me cansa, me agota.